La vulvoplastia es un procedimiento quirúrgico diseñado para crear una vulva en mujeres trans o personas no binarias que deseen la parte estética de la vagina pero sin profundidad. Esta cirugía especializada se realiza con el objetivo de alinear la anatomía genital externa con la identidad de género de una persona. A continuación, explicaremos en detalle en qué consiste este procedimiento y las diferencias principales entre la vulvoplastia y la vaginoplastia.

¿A quién está dirigida la vulvoplastia trans y no binaria?

La vulvoplastia está dirigida principalmente a personas transgénero no binarias o mujeres trans que desean modificar la apariencia de sus genitales de nacimiento para que se alinee con su identidad de género. Esta cirugía permite tener unos genitales externos similares a los de una mujer cis, pero sin la profundidad necesaria para mantener relaciones sexuales con penetración.

Este procedimiento puede ser una parte integral de la transición de género para algunas personas, ayudándoles a sentirse más cómodas y seguras en su cuerpo. Es importante que las candidatas estén física y emocionalmente preparadas para someterse a la cirugía y comprendan los riesgos y beneficios asociados.

La vulvoplastia

La vulvolplastia es una cirugía que suele ser demandada o bien por mujeres trans o por personas no binarias que no se sienten cómodas con sus genitales de naciemiento y solicitan unos genitales externos femeninos, es decir, una vulva, pero sin profundidad, pues no desean mantener relaciones sexuales con penetración.

Tanto las personas trans o las personas trans no binarias (aquellas cuya identidad de género no se ajusta a los conceptos tradicionales de masculinidad o feminidad, de hombre a mujer), en muchas ocasiones pueden sentirse a gusto con sus genitales de nacimiento y no requieren realizar ningún tipo de adecuación quirúrgica. En otros casos, en cambio, sí requieren llevar a cabo cirugía de afirmación genital para adaptar su cuerpo a su identidad de género.

La vulvoplastia, también llamada vaginoplastia de profundidad cero, puede ser una opción de cirugía de afirmación genital tanto para mujeres trans como para personas no binarias y por ello puede incluirse dentro de la “cirugía no binaria”.

Vaginoplastia VS. Vulvoplastia

Aunque tanto la vaginoplastia trans como la vulvoplastia están relacionadas con la cirugía de afirmación de género, son dos intervenciones diferentes.

Mientras que la vaginoplastia trans se enfoca en la creación de una vagina con profundidad, con una estética, una sensibilidad y una funcionalidad similar a la de una vagina cis, la vulvoplastia no requiere de tunel vaginal.

La vulvoplastia o vaginoplastia de profundidad cero es una cirugía de feminización genital que se centra en la creación de una vulva externa, esto es de los labios mayores, menores y el clítoris, omitiendo la construcción del canal vaginal. Al excluir esta parte de la intervención, se reduce la complejidad de la cirugía, lo que conlleva menos riesgos para las estructuras cercanas, como el recto.

Esta opción quirúrgica proporciona una alternativa más corta (en cuanto a tiempo quirúrgico) y menos invasiva en comparación con la vaginoplastia trans. La vulvoplastia es una elección quirúrgica de cirugía de feminización especialmente relevante para personas no binarias o mujeres trans que no desean o no necesitan una vagina con una profundidad funcional. De esta manera, consiguen un aspecto externo más femenino con una función limitada de su vagina.

Vulvoplastia paso a paso

El procedimiento de vulvoplastia es similar, en cuanto a la construcción estética de la vagina, a la vaginoplastia trans. Y aunque esta intervención varía según las necesidades individuales de la persona que la solicita. En general, la vulvoplastia implica la construcción de una vulva desde cero, a partir de tejidos del pene y la piel del escroto. Con ellos se crea los labios mayores y menores, y parte del glande se usará para formar un clítoris sensible y funcional. Es decir, la vulvoplastia mantiene la sensibilidad, no solo se trata de una vulva a nivel estético, sino también a nivel sensitivo.

Durante el procedimiento, la uretra, también conocida como conducto urinario, se acorta y se desvía para que emerja en su posición normal, justo por encima de la nueva abertura vaginal o introito. En aquellos casos en los que sea posible, nuestro equipo de IM GENDER emplea una porción de la uretra para revestir los labios menores y las paredes internas de la vulva vaginal. Esto contribuye a lograr una apariencia más similar a la mucosa rosácea de una vulva femenina cis. Posteriormente, los cordones espermáticos se seccionan y los testículos se extirpan. Sin embargo, la piel del escroto que los envuelve y las áreas circundantes se utilizan para formar los labios mayores y menores.

Esta cirugía suele realizarse bajo anestesia general, exceptuando algún caso excepcional que se realiza bajo raquianestesia.

Recuperación de la vulvoplastia

La recuperación después de una vulvoplastia es más rápida que la de una vaginoplastia trans, al ser menos invasiva. Igualmente, se recomienda descansar y no hacer esfuerzos ni actividades físicas de alta intensidad durante las primeras semanas después de la cirugía. Es posible que se experimente hinchazón, molestias y sensibilidad en el área tratada, pero estos síntomas generalmente disminuyen a los pocos días.

El equipo médico de IM GENDER proporcionará instrucciones de cuidado postoperatorio, como por ejemplo cómo limpiar y cuidar la incisión quirúrgica, cuándo programar las visitas de seguimiento con el cirujano para evaluar la recuperación de la vulvoplastia…

Si tienes más dudas sobre la vulvoplastia, pide una cita con el equipo de IM GENDER y te informaremos.