Existen diferentes tipos de vaginoplastia según la técnica usada para llevar a cabo la neovagina. Cuando una mujer trans solicita una cirugía de afirmación genital o vaginoplastia trans (también conocida popularmente como cirugía de feminización genital), el equipo médico debe planificar bien la intervención atendiendo a sus necesidades, el historial médico, las características y las circunstancias personales de cada mujer. Según estos factores, el cirujano recomendará una vaginoplastia por inversión peneana, con injerto o una colovaginoplastia.

Vaginoplastia por inversión peneana

La vaginoplastia por inversión peneana es la técnica quirúrgica utilizada para crear una vagina utilizando exclusivamente la piel del pene. Esta opción se considera cuando las características del pene, como su tamaño, grosor, longitud y calidad de la piel, permiten la formación de un túnel vaginal adecuado y suficientemente profundo para mantener relaciones sexuales con penetración de manera satisfactoria.

Una vez formado el espacio vaginal, se coloca la piel peneana invertida para formar las paredes vaginales. La profundidad de la vagina varía según la paciente, dependiendo de la cantidad de piel peneana disponible y la disposición anatómica de los órganos internos, pero se procura que no sea inferior a 15 centímetros.

Los elementos peneanos como los cuerpos cavernosos se descartan. La uretra se acorta y se redirige hacia la nueva abertura vaginal, justo por encima de la misma. La reconstrucción del clítoris se realiza utilizando la porción conservada del glande, junto con sus nervios y vasos sanguíneos, para preservar la sensibilidad y la capacidad de experimentar satisfacción sexual plena.

La operación de vaginoplastia por inversión peneana también incluye la estética vaginal. Esto es la creación de los labios vaginales, utilizando piel del escroto para formar los labios mayores. En algunos casos, se puede utilizar piel sobrante para crear pliegues adicionales que simulan los labios menores y un capuchón para el clítoris.

Después de la cirugía, se colocan vendajes compresivos y la paciente puede requerir una sonda vesical durante aproximadamente dos semanas para facilitar la curación.

Esta cirugía suele durar entre 3 y 5 horas y se realiza bajo anestesia general. Generalmente requiere una hospitalización mínima de una semana para una supervisión adecuada de la recuperación.

Vaginoplastia con injerto

La vaginoplastia con injerto se realiza cuando la técnica de inversión peneana no proporciona la profundidad vaginal suficiente para que la mujer trans tenga una vida sexual con penetración satisfactoria. Durante esta cirugía, se utiliza parte de la piel del escroto, generalmente después de crear los labios mayores, como injerto para ampliar la cavidad y la profundidad vaginal.

Esta piel de escroto se prepara como un injerto, con un tamaño que varía entre 3 y 6 centímetros de profundidad. Es crucial eliminar los folículos pilosos para evitar la regeneración del vello. El proceso restante de la cirugía es similar a la vaginoplastia por inversión peneana, pero se introduce la piel del injerto en la cavidad vaginal antes del cierre.

Antes de optar por esta técnica, es fundamental considerar que el injerto puede tener limitaciones en su prendimiento y resistencia. Además, la piel del injerto es vulnerable al roce durante las relaciones sexuales. Por lo tanto, es imprescindible que el equipo médico evalúe cuidadosamente si está indicada esta técnica en cada caso.

Colovaginoplastia

La colovaginoplastia se lleva a cabo en casos donde el tamaño del pene no supera las medidas mínimas para realizar la técnica de inversión peneana. Pero también puede darse cuando haya habido una circuncisión importante previa a la vaginoplastia, o un subdesarrollo del pene como consecuencia al uso de inhibidores hormonales durante la pubertad y la adolescencia, limitando el desarrollo del pene. En estas circunstancias, la técnica de inversión peneana no se recomienda, ya que la piel del pene no sería suficiente y usarla de manera exclusiva resultaría en una profundidad vaginal insuficiente para una vida sexual con penetración satisfactoria para la mujer trans.

En cuanto a la cirugía, en primer lugar se crea un túnel vaginal entre el periné y el peritoneo, y en segundo lugar, se realiza una incisión abdominal para extirpar una sección del colon sigmoide con su pedículo vascular. Esta sección de colon se desplaza hacia el periné para formar la vagina, mientras que el resto del colon se reconecta para mantener su función normal. El resto de la cirugía se desarrolla de forma idéntica a la vaginoplastia por técnica de inversión peneana.

La colovaginoplastia, también conocida como vaginoplastia con colgajo rectosigmoidal pediculado, es una cirugía que se realiza bajo anestesia general y suele durar entre 5 y 6 horas aproximadamente. Además, implica un ingreso hospitalario mínimo de 7 días para un adecuado seguimiento postoperatorio.

Cómo escoger la técnica más adecuada según tu caso

Son varios los factores que influyen a la hora de escoger una técnica u otra. Uno de ellos es la cantidad y calidad de la piel del pene, así como el objetivo de la mujer en cuanto a profundidad vaginal. Es por ello, que es imprescindible una evaluación previa por parte del equipo médico que llevará a un diagnóstico preciso y el diseño de una cirugía de vaginoplastia personalizada.

Debemos tener en cuenta que todos los tipos de vaginoplastia requieren de unos cuidados específicos que facilitará el equipo médico, así como un proceso de dilataciones vaginales que se explican claramente y con una guía antes del alta hospitalaria.

Cabe tener en cuenta que, si bien hace 15 o 20 años la técnica de vaginoplastia trans más realizada era la vaginoplastia por inversión peneana, hoy en día, más de la mitad de las vaginoplastias se realizan por la técnica de la colovaginoplastia. Esto es debido a que, cada vez, la atención a personas trans se lleva a cabo de manera más temprana.

Si tienes más dudas sobre los tipos de vaginoplastia, pide una cita con el equipo de IM GENDER y te informaremos.