La hormonación en hombres trans, es un paso determinante para muchos de ellos en su tránsito hacia la afirmación de género. Aunque no todos los hombres deciden pasar por ella, se debe tener en cuenta que no se trata únicamente de una transformación a nivel físico, sino también emocional, sexual y social. Iniciar la terapia de hormonación no significa simplemente modificar el cuerpo, sino dar forma visible a una identidad que ya existe y que merece ser vivida con plenitud y salud. Comprender cómo funciona la hormonación masculina, qué efectos se pueden esperar, y cuáles no, así cómo transitar este camino de manera saludable desde el acompañamiento médico y emocional adecuado; es esencial tanto para quienes lo viven en primera persona como para sus familias y seres queridos.

¿Qué es la hormonación en hombres transgénero?

La hormonación masculina o terapia hormonal de afirmación de género (THAG) para hombres trans consiste en la administración de testosterona con el objetivo de inducir cambios físicos que, habitualmente, son considerados como masculinos. Esta terapia se puede iniciar tras un proceso de valoración individualizada que tiene en cuenta la salud física, emocional, mental y el deseo de transición de la persona.

Según los estándares internacionales de cuidado de WPATH – World Professional Association for Transgender Health -, el inicio de la hormonación en hombres trans, debe ser supervisado por profesionales especializados y abordado con información clara sobre los efectos esperables, los riesgos y las alternativas disponibles. Es importante comprender que no existe una “edad correcta” ni un modelo único de transición. Cada persona tiene sus necesidades, su ritmo y su propia manera de vivir su identidad de género.

Resultados después de la recuperación de vaginoplastia

Cambios físicos con la testosterona

La toma de hormonas de testosterona implica ciertos cambios físicos y síntomas que explicamos con detenimiento a continuación:

Cambios habituales que suelen aparecer

Uno de los aspectos más visibles de la hormonación con testosterona son los cambios físicos. Muchos de ellos comienzan a ser perceptibles en los primeros meses. Aunque su intensidad y velocidad pueden variar según factores como la genética, la edad o la dosis administrada.

  • Cambios en la voz: La voz se vuelve más grave de forma progresiva, fruto del engrosamiento de las cuerdas vocales.
  • Más pelo en el rostro y el cuerpo: El vello facial empieza a crecer, primero de forma dispersa, para luego densificarse con el tiempo. El vello corporal en piernas, brazos y otras zonas como la línea alba, también suele aumentar de densidad. Pero, la distribución y la cantidad también depende de otros factores como el genético.
  • Incremento de la masa muscular y fuerza física: La musculatura se desarrolla más fácilmente, y la distribución de la grasa corporal se va desplazando desde las caderas y los muslos hacia la zona abdominal. Aunque no siempre es tan evidente como el hombre trans desea, en esos casos puede recurrir a técnicas quirúrgicas de masculinización como la lipoescultura.
  • Cambios en la textura de la piel: El cutis se vuelve más grueso y con una mayor producción sebácea que, en muchos casos, acaba siendo más propensa al acné.

Estos efectos no aparecen todos al mismo tiempo, sino que son cambios graduales que dependerán de diversos factores.

Otros efectos que suelen tardar más en aparecer son:

  • El agrandamiento del clítoris (clitoromegalia), que puede suponer también mayor sensibilidad.
  • Desaparición progresiva de la menstruación, habitualmente en los primeros 6 meses.
  • Cambios en el olor corporal y el sudor, más intensos y típicamente masculinos.
  • Caída del cabello en patrón masculino, especialmente si existe predisposición genética.
Resultados después de la recuperación de vaginoplastia

Lo que no cambia con la hormonación

Sin embargo, no todos los aspectos del cuerpo cambian con la testosterona y debemos tenerlo en cuenta. Por ejemplo, la altura no se modifica, ni la estructura ósea general. La testosterona no reabre las placas de crecimiento óseo.

Las facciones del rostro, la mandíbula y la nuez pueden cambiar ligeramente, pero no se transforman radicalmente. Tampoco la estructura ósea corporal o las dimensiones de las mamas. En este último caso, cuando el tamaño del pecho puede suponer un problema para el hombre trans se puede sugerir una mastectomía trans para conseguir un tórax más típicamente masculino.

Cambios emocionales y psicológicos

La testosterona no impacta sólo en la apariencia física, también puede influir en el estado emocional. Algunas personas experimentan mayor seguridad en sí mismas y bienestar al ver reflejada su identidad en el cuerpo. La seguridad en uno mismo suele crecer, la disforia -si existe- disminuir y el vínculo con el propio cuerpo fortalecerse, al sentir que nuestro cuerpo nos identifica mejor.

Sin embargo, no es un proceso lineal. En los primeros meses, puede haber cierta inestabilidad emocional como irritabilidad o impulsividad. Son reacciones habituales que tienden a estabilizarse. Por ello, puede ser muy útil un acompañamiento psicológico y/o emocional que brinde recursos para asimilar los cambios y cómo estos afectan a nuestra autoimagen.

Cambios en la esfera sexual y afectiva

La testosterona influye también en la esfera sexual. Uno de los cambios más frecuentes es el aumento de la libido. Muchas personas redescubren su cuerpo desde una nueva mirada, así como nuevas formas de placer, distintas sensaciones o un interés renovado en la exploración íntima.

Es importante saber que estos cambios no son iguales en todas las personas. Algunas sienten mayor sensibilidad genital, otras notan alteraciones en el patrón del deseo o en su forma de vincularse. No existe una única manera de vivir la sexualidad durante la transición. Lo esencial es escucharse, respetarse y entender que cada cuerpo necesita tiempo para adaptarse a sus propias transformaciones.

¿Cómo afecta la hormonación a la fertilidad y la salud reproductiva?

Uno de los puntos más sensibles, y a menudo menos visibilizados, es el impacto de la hormonación en la fertilidad.
Aunque la menstruación se detenga, la ovulación puede continuar de forma irregular incluso más allá de los primeros meses. De hecho, mientras no se haya alcanzado la supresión completa del ciclo ovárico, sigue siendo posible un embarazo si hay relaciones sexuales con penetración sin protección.

A largo plazo, la testosterona suele reducir o eliminar la capacidad reproductiva, aunque no en todos los casos. Por eso, si existe el deseo de tener hijos biológicos en el futuro, es fundamental informarse antes de iniciar el tratamiento sobre las opciones de preservación de gametos, como la congelación de óvulos. Es importante tomar decisiones informadas sobre este punto, por lo que se debe solicitar información antes de iniciar la hormonación.

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Cambios sociales y relacionales: identidad y entorno

El reconocimiento externo del género puede traer grandes alivios, pero también desafíos. Transicionar conlleva también cambios en cómo la sociedad nos percibe. Por un lado, la hormonación puede facilitar el reconocimiento social como hombre, lo que en muchos casos reduce las situaciones incómodas. Pero también puede acarrear nuevos retos en el trabajo, los estudios, la familia o amigos.

Algunas personas viven reacciones inesperadas de su etorno más cercano que van desde la incomprensión, a la tensión o la discriminación. Otras se deben enfrentar a nuevos prejuicios. Es por ello que contar con una red emocional segura es clave para la salud emocional y afectiva.

Riesgo y recomendaciones médicas durante la hormonación

La testosterona influye también en la esfera sexual. Uno de los cambios más frecuentes es el aumento de la libido. Muchas personas redescubren su Aunque la testosterona es un tratamiento de hormonación seguro cuando se administra correctamente y bajo supervisión profesional, es importante realizar análisis médicos regulares para evaluar la presión arterial, los niveles hormonales, el hematocrito, la función hepática o el perfil lipídico, entre otros.

Entre los posibles efectos secundarios se encuentran:

  • Policitemia (aumento del número de glóbulos rojos)
  • Alteraciones del colesterol o del hígado
  • Cambios en el estado anímico
  • Tensión arterial alterada.

Es importante subrayar que la automedicación o la hormonación sin seguimiento pueden poner en riesgo la salud física y mental. Por lo que la información contrastada y el acompañamiento son los pilares para una transición segura.

Acompañamiento integral: cada proceso es único

No existe una única forma de ser hombre trans. Cada uno debe decidir cuál es su camino. Algunas personas deciden hormonarse, otras no. Algunas lo hacen con objetivos concretos, otras desde el deseo de sentirse mejor en su piel. Cada cuerpo, cada experiencia y cada historia merece ser respetada y vivida de manera individual, única e intransferible. Las experiencias de otros hombres trans pueden ayudarnos a tomar una decisión más informada, pero nunca debemos entender que es la única opción.

Contar con información contrastada, acompañamiento emocional y profesionales con experiencia sobre la hormonación en hombres transgénero es fundamental para que la transición sea un camino de bienestar, más libre y sin miedos o tabúes. En IM GENDER llevamos más de 25 años trabajando para que personas trans encuentren su camino..