La mayoría de las personas se plantean, en algún momento de su vida, tener hijos. Para muchos, formar una familia puede ser un importante objetivo para su plenitud y felicidad. En el caso de las personas transgénero que deseen optar por una descendencia biológica, es aconsejable que este planteamiento se haga antes de iniciar cualquier tipo de proceso de modificación corporal ya sea hormonal y/o quirúrgico. Por ello es importante tener un buen asesoramiento sobre reproducción y fertilidad en personas trans.

Hormonación y fertilidad en personas trans

hombre trans embarazadoEs evidente que el proceso de hormonación para personas trans puede afectar la fertilidad a largo plazo. Es cierto que se han descrito embarazos en hombres transgénero que ya habían pasado por un tratamiento hormonal o incluso durante dicho tratamiento. Uno de los casos quizás más conocidos en nuestro país, es el de Rubén Castro, quien se define como una persona transmasculina no binaria, y que consiguió su ansiada paternidad gestacional en 2021 a los 27 años.

Sin embargo, aunque técnicamente es posible que una personas trans que conserva su útero y sus ovarios y que tome testosterona ovule y quede embarazada, no sería la forma más recomendable de conseguir una gestación exitosa.

Cuando se desea ser progenitor y llevar a cabo un embarazo, el proceso debe incluir dejar de tomar testosterona, con los cambios físicos que ello supone. De esta manera, si tiene ovarios y útero, la menstruación se puede producir e intentar un embarazo.

¿Y en el caso de una mujer trans?

Si se trata de una mujer trans, también se podría usar sus espermatozoides para conseguir un embarazo, pero igualmente debería abandonar la hormonación y, aún así, el éxito no está ni de lejos asegurado.

En el caso de las mujeres trans que deseen tener tener descendencia biológica, debe tener en cuenta que el uso de anti-andrógenos y de la terapia con estrógenos tiene un efecto negativo tanto sobre la función testicular como sobre su morfología. Esto afecta tanto a la cantidad de espermatozoides, como su maduración y su motilidad. Y aunque los efectos pueden parecer reversibles, no siempre es así.

Es importante tener en cuenta que todo este proceso y los cambios físicos que suponen pueden afectar psicológicamente a la persona trans gestante o donante, por lo que va a necesitar un fuerte apoyo de su entorno.

Cirugía y fertilidad en personas trans

Cuando el proceso de transición incluye la cirugía genital, esta puede incluir la extirpación gonadal. Esto es la eliminación del útero y los ovarios (ooforectomía bilateral /anexohisterectomía bilateral) en hombres trans y la extirpación de los testículos (orquidectomía bilateral) en mujeres trans. Todas estas intervenciones son consideradas como métodos irreversibles de esterilidad. Es decir, una vez realizada la cirugía, la persona no se podrá reproducir con las propias gametas (óvulos o espermatozoides).

Opciones de preservación de la fertilidad en personas trans

Por todo ello es muy importante que, previamente al tratamiento hormonal (y aún más a los distintos procedimientos quirúrgicos que impliquen la extirpación de gónadas), se asesore a las personas trans sobre sus opciones para preservar su fertilidad.

Básicamente, existen tres opciones básicas que son las siguientes:

1. La preservación de gametas:

La criopreservación de gametas es un proceso mediante el cual se obtienen óvulos y/o espermatozoides y se congelan para poder ser utilizados en el momento de búsqueda del embarazo. Evidentemente, la gestación solo se podrá llevar a cabo mediante técnicas de fertilización in vitro.

Para los varones trans, el proceso de criopreservación de ovocitos es más complejo, ya que requiere de la estimulación ovárica con medicación, aspiración de óvulos para posteriormente criopreservarlos y ser utilizados en el momento que la persona desee la búsqueda de embarazo. Debemos tener en cuenta que la aspiración de óvulos es un proceso realizado, a través de la vagina y requiere de sedación.
En el caso de las mujeres trans, el proceso es más sencillo, e implica una eyaculación para criopreservar las gametas.

2. Preservación de embriones:

Un paso más allá es la vitrificación de embriones. En esta opción, se requiere de óvulos y espermatozoides. Una vez se consiguen los óvulos, los maduros son fecundados con la muestra de semen (ya sea de la pareja o de un donante) en un laboratorio, donde se desarrollarán los embriones (durante 5 o 6 días). Y posteriormente serán implantados en un útero mediante técnicas de fertilización in vitro.

3. Preservación de tejido ovárico o testicular:

En esta opción, la persona trans que desea ser progenitor se somete a una cirugía para extraer una pequeña porción de ovario o testículo. Este tejido que es criopreservado hasta el momento en que se busque el embarazo, en el que puede ser reimplantado mediante técnicas de fertilización para buscar una gestación (con o sin estimulación ovárica) o intentar obtener ovocitos maduros en el laboratorio.

Es importante recordar que, desde 2016, la OMS reconoce el derecho a una atención médica a todas aquellas personas con deseo reproductivo que, sin la intervención médica o de la tecnología no conseguirían reproducirse. Esto ampara también a todas las personas transgénero (y de hecho a todo el colectivo LGTBIQ+) que deseen procrear.