La terapia hormonal de feminización es uno de los primeros pasos para una gran parte de las mujeres trans durante su transición de reafirmación de género. La toma de estrógenos y antiandrógenos, permite modificar aspectos físicos, emocionales y funcionales del cuerpo, que son de ayuda para que la identidad de género y el cuerpo de una persona coincida. Si estás pensando en la terapia hormonal, es importante tener en cuenta que debe ser bajo la supervisión de un médico especialista en endocrinología y que la automedicación está contraindicada, ya que puede poner en riesgo la salud.

¿En qué consiste la terapia hormonal de feminización?

La terapia hormonal feminizante, también conocida como hormonación cruzada, consiste en la administración de estrógenos, junto con fármacos que reducen la acción de la testosterona. Esto se debe a dos razones. Por un lado, se busca bloquear la acción de la hormona testosterona. Por el otro, el objetivo es conseguir el desarrollo de rasgos sexuales secundarios femeninos.

El tratamiento de hormonación puede iniciarse en diferentes etapas de la vida de la mujer trans, ya sea en la adolescencia – acompañado o precedido por bloqueadores hormonales -, en la juventud o en la edad adulta. En cualquier caso, es imprescindible que esté supervisado por un equipo médico con experiencia en salud trans, para garantizar la salud de la mujer en todo momento, adaptar el tratamiento cuando sea necesario y realizar un seguimiento personalizado.

Cambios físicos: feminización progresiva

Antes de iniciar la terapia hormonal deberás someterte a ciertos análisis y pruebas médicas para comprobar que tu estado de salud es el adecuado.

Los cambios físicos no se notan de manera inmediata. Una vez se empieza la terapia hormonal feminizante, con el tiempo, se van notando distintos cambios en el cuerpo. No todos aparecen al mismo ritmo y depende de cada persona. En general, los cambios se pueden notar entre 1 mes y dos años de tratamiento. Estos son los cambios provocados por la terapia hormonal de feminización más comunes:

Cambios en el deseo sexual

La libido suele disminuir debido a la hormonación de feminización. Se reducen la cantidad de erecciones y eyaculaciones. Los testículos se vuelven más pequeños.

Distribución de la grasa corporal

La grasa empieza a acumularse más en caderas, glúteos y muslos, al tiempo que disminuye en abdomen y hombros. Esta redistribución puede suavizar la silueta y acercarla a un patrón más típicamente femenino.

Cambios en la piel

La piel también se vuelve más fina y suave, menos grasa y con poros menos visibles.

Cambios en el pelo

La caída del cabello se hace más lenta. La densidad del vello corporal disminuye progresivamente, aunque no desaparece del todo, y el cabello puede volverse más fino y sedoso.

Desarrollo de las mamas

Los pezones y las mamas comienzan a desarrollarse gradualmente, un proceso que puede durar entre dos y tres años. Aunque no todas las mujeres alcanzan el mismo volumen mamario. En estos casos se puede recurrir a la cirugía de aumento mamario en mujeres trans.

Disminuye la masa muscular

Otros efectos incluyen una ligera reducción de la masa muscular, disminución de la fuerza física y un cambio en el olor corporal.

Lo que no cambia

Sin embargo, hay aspectos que la hormonación no modifica. La voz no se feminiza, requiere entrenamiento logopédico o cirugía de la voz si se desea cambiar. La estructura ósea facial y corporal no se altera. Por esta razón, si se inicia la hormonación en edad adulta, es posible que si se desea unas facciones más típicamente femeninas, se debe optar por la cirugía de feminizacion facial, cirugia de feminización corporal, o medicina estética feminizante.

Cambios emocionales y psicológicos

En algunos casos, la terapia hormonal en mujeres trans también puede tener beneficios a nivel emocional. Muchas mujeres trans reportan una mayor estabilidad emocional tras iniciar el tratamiento, así como un mayor bienestar psicológico y emocional. También puede mejorar la calidad de vida, al ver reflejada su identidad de género en su cuerpo.

Fertilidad y hormonación

Una de las consecuencias más importantes de la terapia hormonal feminizante es la pérdida progresiva de la fertilidad. Con el tiempo, la producción de esperma se reduce significativamente o desaparece. Por eso, si existe el deseo de tener hijos biológicos en el futuro, es fundamental valorar la preservación de gametos antes de iniciar el tratamiento.

Bloqueadores hormonales en la adolescencia

Cuando una niña trans accede a un diagnóstico temprano y a un equipo especializado, puede optar, si así lo desea, por iniciar tratamiento con bloqueadores hormonales antes de la pubertad. Estos medicamentos detienen temporalmente los cambios puberales no deseados, permitiendo ganar tiempo hasta que la persona tenga la edad y madurez suficiente para decidir si quiere iniciar la hormonación con estrógenos.

Este abordaje, avalado por guías clínicas como las de WPATH o la Endocrine Society, tiene múltiples beneficios: reduce la disforia, previene el desarrollo de caracteres sexuales secundarios masculinos (como la nuez, el vello corporal o la voz grave) y facilita una transición más armónica en la edad adulta.

Cuando la hormonación se inicia tras el uso de bloqueadores, los cambios físicos pueden ser más marcados y completos. En cambio, si la terapia con estrógenos se comienza después de haber completado la pubertad masculina, algunos efectos ya no son reversibles (como la voz o ciertas proporciones óseas), aunque otros sí mejoran con el tiempo.

Este es un tema sensible y profundamente personal, que debe ser abordado desde el respeto a la identidad de la persona y a su ritmo de desarrollo, siempre con acompañamiento profesional y familiar.

Cambios sociales, identidad y entorno

Más allá de los cambios físicos, la terapia hormonal tiene un impacto profundo en la forma de relacionarse con el mundo. Muchas mujeres trans experimentan un mayor reconocimiento social, disminución de la disforia y una vivencia más plena de su identidad.

Pero al mismo tiempo, pueden aparecer ciertos desafíos en entornos laborales, sociales, educativos, o incluso, familiares. Un acompañamiento emocional adecuado puede prevenir situaciones más complicadas.

La terapia hormonal feminizante es mucho más que un tratamiento médico. Para muchas mujeres trans, representa un primer paso de afirmación y de conexión con una misma. No hay una única forma válida de tránsito y no todas las mujeres trans desean pasar por la terapia hormonal feminizante.

Si necesitas más información o un acompañamiento durante tu tránsito, puedes contactar con el equipo de IM GENDER.