Cuando hablamos de vaginoplastia podemos caer en el error de pensar que es una única técnica universal que se aplica a todas aquellas cirugías que se realizan entorno a la vagina. Pero no es así. Y para empezar deberíamos diferenciar entre vaginoplastia en mujer cis y vaginoplastia trans que se lleva a cabo en mujeres transgénero.

Vaginoplastia en mujeres cis

Hace unos años, cuando se hablaba de vaginoplastia se entendía que ser refería a la cirugía de confirmación de género que se lleva a cabo en mujeres trans. Pero hoy en día, esta palabra se asocia principalmente a las cirugías de rejuvenecimiento o reconstrucción vaginal que se lleva a cabo, principalmente, en mujeres cis.

En este sentido, la vaginoplastia engloba las técnicas de cirugía genital femenina en mujeres cis o también llamada cirugía íntima. En general, este tipo de vaginoplastia tiene como objetivo corregir problemas funcionales o estéticos de la región genital externa femenina. Esto es reducir los labios mayores o menores, corregir la hipertrofia del clítoris, mejorar la distensión de los tejidos del canal vaginal, recuperar la tonicidad y capacidad de contracción de los músculos vaginales, etc.

¿Qué es una vaginoplastia trans?

La vaginoplastia trans es la manera coloquial de nombrar el conjunto de técnicas que algunas pacientes transgénero solicitan para completar el proceso de tránsito. Aunque no es una cirugía que se requiera de manera obligatoria en la transexualidad femenina. 

Con esta cirugía se consigue que la mujer transgénero tenga una vagina funcionalmente efectiva, estéticamente natural y con una profundidad adecuada que le permita mantener una vida sexual con penetración completamente satisfactoria.

Existen diversas técnicas para llevar a cabo una vaginoplastia transgénero, pero principalmente se usan tres. El uso de una u otra técnica dependerá, principalmente, de ciertas características de la mujer, pero sobre todo, de las dimensiones de su pene y de la calidad de la piel.

Vaginoplastia por inversión peneana:

Se lleva a cabo en mujeres transgénero cuyo pene tiene un tamaño, grosor, longitud y calidad de la piel adecuados para permitir realizar un túnel vaginal con una anchura y unas dimensiones suficientes para mantener relaciones sexuales con penetración. 

Colovaginoplastia o vaginoplastia con colgajo rectosigmoidal pediculado:

Esta técnica se realiza en mujeres trans en las que el pene es muy pequeño, ha habido una circuncisión muy importante o ha sufrido un hipo desarrollo. Esta falta de desarrollo, en muchas ocasiones, suele estar causada por el uso de inhibidores en la época de la niñez o la pre-pubertad, que ha provocado que los genitales no se desarrollen. En estos casos, es inviable practicar una inversión peneana porque la profundidad de la vagina que no llegaría a superar los 2 o 3 centímetros.

Vaginoplastia por inversión peneana con injerto:

Existen ocasiones en las que las dimensiones del pene no son suficientemente adecuadas para conseguir una profundidad óptima. Y aunque podría llegar a los 12 o 14 centímetros, esto no permitiría tener unas relaciones sexuales con penetración plenas. Sin embargo,  utilizar la técnica de colovaginoplastia puede ser excesiva, pues solo requiere ampliar un poco la cavidad vaginal. En estos casos se aconseja una vaginoplastia más injerto.  Esta técnica es muy similar a la de vaginoplastia por inversión peneana, pero se añade un pequeño injerto de 3 a 7 centímetros al final de la piel del pene para dar mayor profundidad al túnel vaginal. Este injerto se consigue de la piel sobrante del escroto, una vez realizados los labios mayores. Como el escroto tiene vello, es muy importante preparar dicha piel con electrocauterio para eliminar los folículos pilosos.

Dar una mayor profundidad a la vagina “con un pequeño injerto es posible, y da viabilidad a esa vagina, pero no puede ser un gran injerto, porque la piel injertada suele tener unas condiciones de mayor vulnerabilidad”, explica el Dr. Ivan Mañero, director de IM GENDER con más de 20 años de experiencia en cirugía de confirmación de género.

Cabe destacar que la técnica de vaginoplastia con injerto es poco predictiva, ya que dicho injerto puede prender todo, solo de manera parcial o, simplemente, no prender. Además, también deberemos tener en cuenta que las dilataciones posteriores a la cirugía deben ser más cuidadosas en estos casos y que, es posible, que se empiecen a realizar más tarde.

Diferencias en el resultado de una vaginoplastia trans o el de una vaginoplastia cis

En una vaginoplastia cis se busca mejorar la apariencia y la funcionalidad de la vagina de la mujer cis, especialmente, en casos de hiperlaxitud vaginal y envejecimiento de la zona genital como consecuencia de una mala recuperación después de distintos partos, de algún tipo de medicación, del envejecimiento natural, etc. Con la intervención se busca conseguir un diámetro vaginal normalizado y un aspecto estéticamente rejuvenecido, de manera que la mujer cis pueda mantener relaciones sexuales satisfactorias.

En la vaginoplastia trans se busca dotar a la mujer transgénero de una vagina estéticamente natural, completamente funcional y con una profundidad de canal vaginal adecuada para mantener relaciones sexuales con penetración satisfactorias. Los resultados son muy naturales.

 

Si tienes preguntas sobre la vaginoplastia trans, no dudes en contactar con el equipo de IM GENDER para que te las resolvamos.