A diferencia de la faloplastia, la metoidioplastia se basa en la transformación del clítoris hipertrofiado por la hormonación para conformar un falo con sensibilidad que permite al hombre orinar de pie. Ambas cirugías tienen un objetivo general muy similar: conseguir un pene. Pero las técnicas, los resultados, el postoperatorio y los tiempos de recuperación, son muy diferentes. Por esta razón, es importante disponer de toda la información para conocer en profundidad los pros y los contras de la metoidioplastia, y poder escoger la técnica que mejor se adapta a nosotros y nuestras necesidades. Todo esto es posible, después de una reflexión con acompañamiento médico especializado, como el de IM Gender.
¿Qué es la metoidioplastia?
La metoidioplastia o metaidoplastia, es una cirugía de masculinización genital que utiliza el propio tejido genital para crear un neofalo. Previamente a la intervención, es necesario someterse a un tratamiento hormonal para conseguir un clítoris hipertrofiado – agrandado. Gracias a la hormonación, el clítoris es capaz de aumentar su tamaño entre uno 6 o 7 centímetros, dependiendo de la respuesta de cada persona trans.
Gracias a esta cirugía de afirmación de género se puede construir un pene pequeño, pero sensible, que permite orinar de pie y mantener la sensibilidad erógena. Pues se conserva la inervación original del clítoris, y se obtiene un resultado con una apariencia natural, aunque el tamaño final del pene es pequeño.
Es una opción menos invasiva que la faloplastia, ya que no requiere injertos de piel de otras partes del cuerpo. Además, se crea una bolsa escrotal, donde pueden colocarse prótesis testiculares de silicona, en una segunda cirugía.

¿Cómo se realiza la metaidoplastia?
Es una cirugía de género en hombres trans que suele durar entre 5 y 6 horas y se realiza bajo anestesia general. Durante la intervención, se construye una uretra desde la base del clítoris hasta la punta utilizando un colgajo de la pared anterior de la vagina – de entre 5 y 7,5 cm de largo y 2 a 3 cm de ancho – y un colgajo de piel del labio menor, con la finalidad de crear un tubo, mediante el cual, el hombre podrá orinar de pie.
Después, se realiza el escroto utilizando los labios mayores, que se movilizan hacia la parte posterior y se unen en la línea media para crear la bolsa escrotal. La colocación de las prótesis testiculares suelen posponerse unos meses para evitar complicaciones por presión o edema.
Pros y contras de la metoidioplastia
Debemos dejar claro, que no existe una única forma “correcta” de vivir la masculinidad. Algunas personas valoran más la funcionalidad urinaria (poder orinar de pie), otras la estética, la sensibilidad o la posibilidad de mantener relaciones sexuales con penetración. También hay hombres trans que no sienten la necesidad de una cirugía genital. Por ello, la decisión por una técnica u otra, dependen en gran medida, de las expectativas y los objetivos de cada hombre.
Ventajas de la metaidoplastia
Estas son las principales ventajas de la metoidioplastia que invitan a apostar por esta cirugía.
Pene sensible y eréctil
Uno de los principales motivos por los que muchas personas optan por la metaidoplastia es la preservación de la sensibilidad erógena. Al utilizar el tejido clitoriano, que mantiene la conexión nerviosa intacta, el neofalo conserva la capacidad de sentir placer sexual con intensidad.
Posibilidad de orinar de pie
Mediante una reconstrucción uretral (uretroplastia), es posible alargar y llevar la uretra hasta la punta del neofalo, lo que permite orinar de pie. Esta es una demanda muy habitual entre los hombres trans.
Aspecto natural
El resultado de la metaidoplastia es un pene pequeño, pero estéticamente reconocible como falo, sin cicatrices visibles en otras zonas, como puede suceder con la faloplastia.
Cirugía menos compleja e invasiva
En la metaidoplastia, se utiliza tejido del área genital, sin necesidad de injertos a distancia como sí pasa en la faloplastia. Además, requiere de menos tiempo de quirófano y un postoperatorio más corto que el de la faloplastia.
Inconvenientes y limitaciones
Ahora que ya conoces las ventajas de la metoidioplastia, vamos a conocer los contras.
Hormonación previa
Para que la metaidoplastia sea viable, es fundamental que la persona haya realizado un tratamiento hormonal que haya generado el crecimiento del clítoris. Este proceso puede tardar entre 1 y 2 años en alcanzar el desarrollo esperado. La evaluación médica debe valorar si ese crecimiento es suficiente para realizar la cirugía. Si el crecimiento ha sido escaso, no se recomienda esta técnica, ya que los resultados no serán satisfactorios.
Tamaño limitado del neofalo
La principal limitación de la metaidoplastia es el tamaño del pene resultante, que depende directamente del grado de hipertrofia del clítoris tras la hormonación. Esto implica que no siempre se ajusta a las expectativas de los hombres trans sobre el aspecto de sus genitales.
Imposibilidad de penetración
El neofalo que se consigue con una metaidoplastia no permite la penetración en la mayoría de casos, ya que no alcanza la longitud ni la rigidez necesarias.
Complicaciones urinarias
En ocasiones, la construcción o alargamiento de la uretra puede conllevar ciertos riesgos, como la aparición de fístulas o estenosis uretrales (estrechamiento de la uretra), que pueden requerir intervenciones adicionales.
Comparación con la faloplastia
Existen varias difetencias entre metaidoplasita y faloplastia. Esta última permite construir un pene de tamaño similar al de un hombre cis, mientras la metoidioplastia no. Para ello, utiliza tejido de otra zona del cuerpo, normalmente del brazo, pues permite un resultado muy funcional y proporcionado.
Ventajas de la faloplastia vs metaidoplastia:
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- Tamaño más grande y apariencia más similar al del hombre cis.
- Posibilidad de colocar una prótesis peneana para mantener relaciones sexuales con penetración.
- Alta sensibilidad cuando se conectan los nervios del colgajo con el nervio dorsal del clítoris.
Inconvenientes
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- Cirugía más larga (unas 7 horas) y mayor complejidad técnica.
- Mayor riesgo de complicaciones, aunque habitualmente se resuelven durante el primer mes.
- Cicatriz visible en la zona donante (por ejemplo, en el antebrazo), aunque pueden aplicarse técnicas estéticas como la lipotransferencia o la micropigmentación para mejorar el resultado.

¿Cuál es la cirugía más adecuada para mí?
No hay una técnica mejor que otra, sino una decisión personal que debe tomarse de forma informada, realista y consensuada con el equipo médico. La elección entre una metaidoplastia y una faloplastia debe ser totalmente individualizada. No existe una “mejor” cirugía, sino una opción más adecuada a cada proyecto vital. Conocer los pros y contras de la metaidoplastia y de la faloplastia pueden ayudarte en tu decisión final.
Si estás valorando una cirugía de afirmación genital como la metaidoplastia, en IM GENDER te acompañamos con información, sensibilidad y experiencia.