La masculinización facial es el conjunto de procedimientos destinados a dar al rostro unas características socialmente asociadas con los rasgos masculinos. Para muchos hombres trans y personas no binarias asignadas como mujer al nacer, estos cambios pueden suponer una parte importante de su proceso de afirmación de género, ya que ayudan a que su imagen externa refleje su identidad real. Te explicamos todo lo que debes saber sobre la masculinización facial en hombres trans.
Básicamente, existen tres grandes vías para lograr la masculinización en hombres transgénero: los cambios derivados de la hormonación con testosterona, las cirugías de masculinización facial y algunos tratamientos de medicina estética. Cada una tiene objetivos, resultados y tiempos diferentes, y pueden combinarse para conseguir un resultado global y armónico.
Características propias del rostro masculino
Para entender mejor qué es lo que busca un hombre trans o una persona no binaria cuando desea que su cara sea más masculina, debemos conocer qué se entiende por un rostro masculino.
La cara de un hombre cis presenta una serie de rasgos que lo diferencian del femenino. Esto es fruto de lo que entendemos por dimorfismo sexual y de la influencia de ciertas hormonas como la testosterona, en los hombres. En general, las caras masculinas tienen una estructura ósea más robusta y marcada, esto es:
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- Mandíbula más ancha y angular, con ángulos definidos y un mentón más proyectado.
- Frente más recta o ligeramente inclinada hacia atrás, con arcos supraorbitales más prominentes.
- Línea del cabello más atrás y en forma de M.
- Ojos más pequeños y rostros más “cuadrados”, el cráneo masculino tiene las órbitas más cuadradas y más bajas.
- Pómulos menos proyectados hacia adelante y situados en una posición más baja en comparación con los rostros femeninos.
- Nariz más ancha y recta, en muchas ocasiones con una ligera giba dorsal.
- Labios más finos y menos evertidos (hacia afuera)
- Piel más gruesa y firme, como consecuencia de las hormonas
- Vello facial (barba y bigote) y menor acumulación de grasa en las mejillas, fruto de la acción de la testosterona.
Aunque algunas de estas características se consiguen con el proceso de hormonación (como el vello facial o la redistribución de grasa), conocerlas es esencial para planificar cualquier cirugía de masculinización facial o un tratamiento de medicina estética para masculinización del rostro que logre un resultado armónico y natural. Pero también es importante tener unas expectativas realistas sobre lo que se puede y no se puede conseguir con los diferentes procedimientos de masculinización de la cara.
Masculinización del rostro con hormonación
La terapia hormonal con testosterona provoca cambios graduales en la estructura y la apariencia facial. Estos cambios son más evidentes durante los primeros años de tratamiento y se mantienen a largo plazo. Entre los efectos más habituales de la hormonación se encuentran:
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- Aumento de masa muscular facial: la testosterona estimula el crecimiento del tejido muscular y puede dar un aspecto más robusto en la mandíbula y el cuello.
- Redistribución de la grasa facial: el rostro tiende a perder grasa en mejillas y pómulos, marcando más los ángulos y reduciendo la redondez facial típica.
- Cambios en la piel: la piel se vuelve más gruesa y, en algunos casos, más grasa.
- Aparición de vello facial: crecimiento de barba y bigote, que se desarrolla progresivamente y puede requerir varios años para completar su densidad máxima.
Es importante tener en cuenta que la testosterona no modifica la estructura ósea. Esto significa que con el tratamiento con hormonas, la anchura de la mandíbula, el tamaño del mentón, o la forma de la frente, o de la nariz, no cambian de forma significativa.

Cirugía de masculinización facial
Cuando la hormonación no es suficiente para conseguir el resultado deseado, la cirugía de masculinización facial en hombres trans, puede permitir modificar directamente la estructura ósea y los tejidos blandos para dar un aspecto más masculino. Algunas de las cirugías de masculinización del rostro que se pueden realizar son:
Aumento y definición de mandíbula
Se utilizan implantes o técnicas de osteotomía para ensanchar el ángulo mandibular, proyectar el mentón y dar más definición a la línea de la mandíbula. Un mentón más ancho y una mandíbula marcada son rasgos que suelen asociarse a un rostro masculino.
Aumento del mentón
El aumento del mentón se puede realizar con implantes, o bien, avanzando el hueso mentoniano. Un mentón proyectado ayuda a equilibrar el perfil del rostro y a lograr una expresión varonil que transmite más fuerza.
Cirugía de nariz
Una rinoplastia de masculinización busca una nariz más recta o con una ligera giba dorsal, y un dorso más ancho, respetando siempre la armonía global del rostro.
Estas cirugías pueden realizarse de manera aislada o combinadas, según las necesidades y objetivos de cada persona. Si te planteas este tipo de cirugía plástica, escoge un equipo con experiencia en cirugía de género para conseguir un resultado natural y proporcionado.
Masculinización facial con ácido hialurónico
La medicina estética ofrece opciones no quirúrgicas para masculinizar el rostro. Son menos invasivas, con resultados inmediatos o a corto plazo, y pueden ser una alternativa o un complemento a la cirugía.
Tratamientos como los rellenos dérmicos con ácido hialurónico, que se utilizan para ensanchar la mandíbula, proyectar el mentón o resaltar los pómulos, son una de las opciones más solicitadas. Aunque se debe tener en cuenta que son temporales y que el resultado suele durar entre 12 y 18 meses. Otros tratamientos como los bioestimuladores, los neuromoduladores, peelings, microneedling, etc. pueden contribuir tanto a dar mayor protagonismo a la estructura ósea, como para conseguir una textura de la piel más masculina.
¿Hormonación, cirugía o medicina estética?
Hormonación, cirugía de masculinización o medicina estética, ¿cuál elegir? Lo más importante es tener claro nuestras expectativas y nuestros objetivos, así como acudir a un equipo médico con experiencia en masculinización en pacientes trans.
Debemos tener en cuenta que la terapia hormonal con testosterona aporta cambios naturales y progresivos, pero no modifica los huesos. La cirugía de masculinización facial permite transformar la estructura ósea para un cambio permanente, mientras que la medicina estética ofrece cambios sutiles y temporales.
En muchos casos, lo más recomendable es un enfoque combinado. Es decir, iniciar la hormonación y dejar que actúe durante al menos 1-2 años, para valorar el alcance de los cambios naturales. Después se puede probar la medicina estética – por ejemplo, un mentón más ancho o mandíbula más marcada. Y acudir a la cirugía para cambios estructurales y permanentes, cuando se tiene claro el objetivo final.
Masculinización facial: una decisión personal
La masculinización del rostro es una decisión personal y que se debe valorar en cada caso de manera individualizada. Es aconsejable que los hombres trans o personas no binarias que desean unos rasgos faciales más típicamente masculinos esperen unos dos años una vez iniciada la hormonación, si es que han decidido que este tratamiento forme parte de su transición.
Pero debemos recordar que, a pesar de que la testosterona aporta cambios importantes en la piel, la grasa y el vello, no influye en la estructura ósea. Pues este aspecto solo se modifica con cirugía.
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