Vaginoplastia con injerto

La piel para realizar una vaginoplastia con injerto, se obtiene de la zona del escroto. La piel escrotal se suele eliminar tras hacer los labios mayores, que son más estrechos y finos que el propio escroto. Así la piel sobrante, en lugar de ser desechada, es preparada para utilizarla en forma de injerto. Se utiliza cantidades de injerto que pueden ir de los 3 a los 6 centímetros de profundidad, porque más no sería viable.

Dado que la piel del escroto suele tener vello, es muy importante durante el proceso de generación del injerto, eliminar con electrocauterio los folículos pilosos para que no vuelvan a crecer. Sin embargo, en ocasiones es posible que no se elimine el 100% de dichos folículos pilosos quedando alguno de manera remanente.

El proceso del resto de la cirugía es exactamente igual. A excepción del último momento de la cirugía en el que se introduce la piel del injerto en el interior de la cavidad que hemos formado para crear el túnel vaginal. Una vez introducido, se sutura en la parte final de la cavidad.

¿Quién puede someterse a una vaginoplastia con injerto?

Antes de apostar por este tipo de vaginoplastia, debemos tener en cuenta que el injerto es una técnica que usan los cirujanos para cubrir heridas y que estas no se cierren, pero que es poco predictivo saber qué cantidad de injerto va a prender. Alargar o hacer más profunda una vagina es posible siempre y cuando no sea un gran injerto. Pues la piel injertada suele tener unas condiciones de mayor vulnerabilidad. En esta técnica de vaginoplastia, el injerto se añade al final de la piel del pene para aumentar la profundidad de la vagina.

Sin embargo, la piel que puede usarse para ese injerto tolera muy mal el roce y durante la relaciones sexuales, con el tiempo y si no se ha usado una lubricación adecuada, se pueden producir heridas crónicas que crearán fibrosis y cierre de la parte final de la vagina. Habrá que valorar todos los pros y contras para determinar si el paciente es apto para esta técnica de vaginoplastia con injerto.

¿Debo abandonar mi tratamiento hormonal antes de la vaginoplastia con injerto?

Muchas de las personas que se someten a una cirugía como la vaginoplastia siguen un tratamiento con estrógenos y antitestosterónicos. La toma de los estrógenos conlleva riesgo de trombosis venosa durante la operación. Es por esta razón que se debe pausar su toma un mes antes de la intervención. En cuanto a los antitestosterónicos como el Androcur o Decapeptyl, la experiencia nos ha demostrado que no es necesaria su retirada. Por lo que puede mantenerse hasta la intervención. Su retirada total será una o dos semanas después de la vaginoplastia. ES IMPRESCINDIBLE QUE TENGA UNA CITA CON SU ENDOCRINO antes y después de la cirugía y que siga sus indicaciones.

¿Cuándo deben realizarse las dilataciones en el postoperatorio de vaginoplastia con injerto?

Cuando se ha realizado una vaginoplastia con injerto, los procesos de dilatación deben ser mucho más cuidadosos. Si en una vaginoplastia sin injerto, o en una colovaginoplastia, lo habitual es empezar las dilataciones a los siete u ocho días de la cirugía, en este caso será preciso esperar unos días más para evitar perder dicho injerto, o bien hacer dilataciones tempranas sólo del inicio de la vagina, sin llegar al injerto. Y siempre dejándose siempre aconsejar tanto por el equipo médico como por el equipo de fisioterapia especializado de IM GENDER. En el caso que el injerto no prenda, por diferentes motivos, se puede plantear la colovaginoplastia para obtener una mayor profundidad vaginal.

¿Deberé asistir a visitas postoperatorias tras la vaginoplastia con injerto?

Sí, además es muy importante no saltarse ninguna de las visitas postoperatorias con un miembro del equipo de IM GENDER. Solo ellos podrán valorar la evolución de la recuperación de la vaginoplastia.